Cuando un paciente llega a KAIGEN lo primero que queremos es que se abra con nosotros y nos cuente lo que le ocurre, mientras más información tengamos, mejor podremos identificar el problema y aplicar el tratamiento adecuado.

Una vez que el paciente ya nos ha contado todo, comienza la exploración física para descubrir el origen de su dolencia.

Antes de aplicar el tratamiento, nos gusta informar a nuestros pacientes de lo que vamos a hacer, el motivo por el cual vamos a hacerlo y lo que notará durante el tratamiento para que se sienta parte del proceso y sepa perfectamente qué pasa en cada momento.

Cuando sabemos que el paciente es conocedor de lo que vamos a hacer, pasamos a la aplicación del tratamiento más adecuado para ese caso.

Por norma general, los tratamientos no tienen resultados inmediatos, por lo que al cabo de unos días siempre nos preocupamos por saber cómo se ha ido encontrando nuestro paciente. Si es un caso más complejo que requiera de más sesiones, nos gusta volver a verle al cabo de 5 o 7 días para revaluar su estado.

Cuando el paciente vuelve y nos cuenta cómo se encuentra después de la primera sesión es cuando planificamos el protocolo a seguir durante las semanas posteriores.